(Uribe y Vicente Fox)
Sin dudas la reciente visita en México del presidente de Colombia Álvaro Uribe, ha sido algo más de lo que ha salido en la prensa del país y de toda América latina.
Formalmente Uribe parece que haya viajado al país centroamericano para pedir a su homólogo Felipe Calderón que solicite a los Estados Unidos la firma del TLC (Tratado de Libre Comercio) con Colombia que está congelada desde meses en el Congreso.
“Todo lo que diga el Presidente Calderón al oído de las autoridades, de los medios de comunicación y del pueblo norteamericano le ayuda mucho a Colombia... le pedí esa ayuda al presidente Calderón” explicó Álvaro Uribe el lunes 10 de noviembre, en su tercer y último día de visitas en el país.
Los dos presidentes hablaron también de algunos aspectos relacionados con el Tratado de Libre Comercio entre los dos paises, concordando sobre el hecho de que algunos sectores comerciales excluidos hasta ahora en el tratado deberían ser tenidos en mayor consideración.
Uribe ha expresado también su solidaridad al Gobierno de Calderón y al país por el “gran esfuerzo” en la lucha contra el narcotráfico y la criminalidad, declarando en una rueda de prensa que Colombia y México cooperarán más en ese sentido, pero declarándose profundamente en contra a la depenalización de algunas drogas, contrariamente a la recién propuesta de los presidentes de Honduras, Manuel Zelaya y del mismo Felipe Calderón.
El encuentro con la derecha latinoamericana – La cumbre al Centro Fox...
Seguramente no han sido estas las verdaderas razones del viaje de Álvaro Uribe. En los días inmediatamente precedentes la visita oficial a Los Pinos, residencia de Felipe Calderón, en el estado de Guanajuato, a San Cristóbal, Álvaro Uribe tuvo un discurso público sobre el tema de la “Seguridad democrática” en el Centro Fox, ambigua estructura creada y dirigida por el ex presidente mexicano Vicente Fox, donde se desarrollaba la cumbre San Cristóbal “Humanismo Eficaz”, organizado por la Internacional Demócrata del Centro (IDC). Estaban presentes además de los representantes de los 110 partidos políticos de derecha de 88 paises diferentes que aderieron, también el director de la Policía colombiana y el gobernador de Guanajuato, el ultra conservador Manuel Oliva.
Estaba también Eduardo Fernández, vicepresidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), que tiene como afiliada la misma IDC y qué reune los partidos de tendencia demócrata cristiana en América latina, ya acusada de representar las intenciones golpistas de Washington en la región y de haber participado al golpe de Estado en Chile en 1973 y en Venezuela en 2002.
Un ex presidente de la ODCA, el político católico Eduardo Fernández del COPEI (integrante de IDC) hizo el trámite entre España y Venezuela en la organización del golpe contra Chávez. Unos dias antes del 11 de abril 2002 estaba en Madrid y luego en Washington donde participó a una reunión de la ODCA.
También no hubiera podido faltar a la cumbre a Guanjuato, Yon Goicoechea, leader del movimiento estudiantil venezolano, ganador del premio Milton Friedman por sus méritos en la lucha en el avance por la libertad en el mundo. En realidad el premio Friedman entregado a Goicoechea, que consiste en 500 mil dólares, es solamente una de las diferentes maneras que los Estados Unidos han inventado para financiar en Venezuela la oposición interna a Hugo Chávez. Goicoechea en su intervención en la cumbre de San Cristóbal ha denunciado que el crimen y el narcotráfico están prácticamente dominando todo el país y que el presidente Chávez es totalmente incapaz de garantizar la seguridad de la población. Ha además denunciado que el país está invirtiendo 80 veces más en armamento de guerra que en la seguridad interna. "A esto se suma un escenario de violencia política en el que se organizan grupos irregularmente armados desde el Estado para reprimir", sostuvo finalmente el joven opositor en la Cumbre.
Parece previsto su discurso (si pensamos al premio recibido) y también paradójico si se tiene en cuenta que estaba presente el huésped de honor Álvaro Uribe, qué notoriamente es un óptimo conocedor de corrupción, grupos armados irregulares y narcotraficantes.
... y el con la extrema derecha mexicana – El Yunque y el caso Sucumbíos
Muchos han sido los encuentros que tuvo Uribe con varios representantes de la asociación mexicana de ultra derecha El Yunque.
Además del gobernador del Estado de Guanjuato, Manuel Oliva, miembro del Yunque, Álvaro Uribe se encontró privatamente con algunas asociaciones civiles entre las cuales “Mejor Sociedad, Mejor Gobierno” y “Consejo Ciudadano por la Seguridad Pública y la Justicia Penal A.C.”
Y propio mientras en esos días en México, Uribe era declarado persona non grata por varias asociaciones en defensa de los derechos humanos entre las cuales la LIMEDDH, (Liga Méxicana Por la Defensa de los Derechos Humanos) y la Asociación de Padres y Familiares de las Víctimas de la masacre de Sucumbiós, se desvelan detalles de una conversación con José Antonio Ortega, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Hjusticia Penal A.C. y además dirigente del Yunque.
Coloquio expresamente solicitado para entregar personalmente al presidente colombiano copia de la demanda penal que él mismo y el presidente de “Mejor Sociedad, Mejor Gobierno”, Guillermo Velazco Arzac (él también vinculado con el Yunque) presentaron a la Fiscalía un mes después de la masacre de los cuatro jóvenes mexicanos en Ecuador, en contra de Lucía Morett la unica sobreviviente que actualmente vive en Nicaragua y en contra de otros 15 jovenes entre los cuales están los nombres de los cuatro fallecidos, por el crimen de terrorismo .
El Yunque, desde los primeros dias en que se reveló la noticia que en Ecuador estaban jovenes mexicanos, buscó con una difamatoria campaña de denigración conducida por los más importantes medios de comunicación del país de acusarlos de estar proyectando “actos de terrorismo” en suelo mexicano y los acusó de ser integrantes sea de las FARC que del EPR (Ejército Popular Revolucionario) el más importante movimiento armado del país.
José Antonio Ortega durante su coloquio con Álvaro Uribe ha abordado el tema de la presencia en México del EPR y no se ha dejado escapar la ocasión de criminalizar la actividad politíca de Antonio Pavel, otro sobreviviemte de Sucumbiós, miembro de la Direccíón Colectiva del Comité Central del Partido Comunista, activista en la reciente huelga de los maestros en el Estado de Morelos, señalando su nombre al presidente colombiano que ha agradecido la “sociedad civil” presente a ese encuentro por la colaboración y ha pedido explícitamente al embajador colombiano en México, Luis Camilo Osorio, de ofrecer toda la ayuda necesaria y de dar seguimiento constante a los procedimentos penales contra los jovenes .
No es un caso que Luis Camilo Osorio haya precenciado al encuentro.
La LIMEDDH y la Asociación de Padres y Familiares de las Víctimas de Sucumbíos cada mes organizan varias actividaes públicas frente a la embajada de Colombia en México. Cada primero del mes entregan a la representancia diplomática un boletín en donde se abordan los temas de las violaciones de los derechos humanos en Colombia y se dibuja un perfil detallado de la persona del mismo embajador, acusado varias veces de haber ocultado las denuncias contra los paramilitares y narcotraficantes y de haber manipulado y subtraido a la acción penal graves actos de violacciones de derechos humanos cuando ocupaba el cargo de Fiscal General en su país.
Los boletines quieren ser tambíen un momento dedicado al rescate de la memoria de Verónica, Sorel, Juan Gonzales y Fernando y por eso un más extenso espacio es dedicado a su vida, a sus sueños y a lo que eran y lo que deseaban ser.
La senadora Rosario Ibarra de Piedra ha entregado a la Procura General de la República más de 12 mil firmas recogidas pidiendo garantías por la seguridad y libertad de Lucía Morett en vista de un probable regreso de la joven en el país y el ritiro de la demandas contra los demás 15 jovenes pidiendo el fin de la criminalización de la protesta social y de las ideas.
Probablemente Uribe y Calderón han hablado también del caso Morett, pero parece siempre más evidente que a la luz de esos acontecimientos, un regreso a México de la joven mexicana no es al momento deseable para ella.
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